La procesionaria y los animales
Casi todo el mundo ha oído hablar de la procesionaria, son unas orugas que parasitan los pinos y que hacen esas bolsas blancas que cuelgan de sus ramas. Lo que no es tan conocido es lo peligrosas que son para las personas y para nuestros animales.
Las orugas, para defenderse de los depredadores, han desarrollado unos pelos que se clavan y liberan sustancias tremendamente urticantes, que producen una reacción inflamatoria espectacular simplemente con tocarlos.
Las orugas viven en los pinos pero allá por el mes de marzo las orugas salen de sus nidos y van “en procesión” a colonizar otro árbol, organizando unas largas hileras de orugas.
Los perros, movidos por la curiosidad, lamen las orugas para averiguar lo que es y sufren lesiones muy importantes en la boca, la lengua y la garganta, que pueden ir desde inflamación y llagas hasta producir necrosis (muerte de los tejidos), caída de trozos de la lengua y en los peores casos una inflamación de las vías respiratorias que puede poner en peligro su vida.
Si veis a vuestro perro lamer una procesionaria lo primero que hay que hacer es lavarle la boca con agua y acercarlo a la clínica cuanto antes.
Si veis que después de ir al campo el perro tiene la lengua hinchada, babea mucho, no quiere comer, le cuesta beber, le huele muy mal la boca de repente y, por supuesto, si tiene problemas respiratorios, tened cuidado porque es posible que haya lamido procesionaria.